Entre los resultados completan un experimento que llama la atención ya que mientras nos preocupamos por la conexión a internet, nos informan que existe la posibilidad de hackear un auto con un MP3 insertado en un sistema de audio convencional. El estudio apunta a analizar la seguridad de los modernos dispositivos y para que los fabricantes se replanteen algunos puntos dentro de sus nuevos planes de producción.
Aprovechando que muchas de los software implantados en la ECU de los autos se mandan información entre ellos para coordinarse, como por ejemplo en un accidente, han conseguido hackear los frenos para desactivarlos por completo o activarlos completamente. También crearon una secuencia en plan autodestrucción, poniendo un contador de 60 segundos en el cuadro de mandos, haciendo sonar la bocina en los últimos segundos, parando el motor y cerrando las puertas al final de la cuenta atrás. En definitiva, han asegurado que acceder y hackear estos sistemas es fácil, y que incluso mandando paquetes de datos corruptos conseguían respuesta por parte de los sistemas.
Todo esto se puede hacer para muchos fines, aunque los que principales son seguimientos de gente (a través del GPS integrado o reconstruyendo su trayecto a través del input del auto), modificacar la conducta del vehículo (como una reprogramación en otras zonas, desactivar el cinturón o cualquier otra cosa), o en última instancia, instalar nuevos sistemas para inhabilitar el coche o provocar un accidente (girar el coche, frenar sólo una rueda, aceleración descontrolada, desactivar el pretensor del cinturón y el airbag, etc...) y además borrar las pruebas. Por cualquiera de estos motivos o por otros, los fabricantes se tendrán que poner las pilas para mejorar estos aspectos de seguridad.
Publicado por:
Jesus Agustin
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